Daniel Cordero-Moreno   

Universidad del Azuay

 

En la lucha contra el cambio climático, Ecuador se ha comprometido a reducir un 9% de sus emisiones de CO₂ en comparación al escenario tendencial para el 2025, alinéandose con su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) ​(MAE, 2019)​. Sin embargo, este objetivo enfrenta importantes desafíos: el incremento sostenido de emisiones, la dependencia de combustibles fósiles en el sector transporte y las dificultades energéticas recientes. Los apagones ocurridos en los últimos dos años reflejan problemas estructurales en el suministro eléctrico, lo que pone en duda la adopción masiva de vehículos eléctricos. Este artículo evalúa cómo Ecuador puede superar estos obstáculos, aprovechando su matriz energética renovable para alcanzar una movilidad sostenible. 

La matriz energética de Ecuador tiene un fuerte componente renovable, con el 61% de la electricidad generada en 2023 proveniente de fuentes hidroeléctricas ​(Ministerio de Energía y Minas, 2024)​. Esta realidad posiciona al país en un lugar privilegiado para impulsar la movilidad eléctrica, al reducir las emisiones del sector transporte. No obstante, la dependencia de la generación hidroeléctrica, en un contexto de sequías recurrentes y variabilidad climática, ha evidenciado la fragilidad del sistema, ocasionando apagones durante 2022 y 2023. 

Estos apagones afectan la viabilidad de los vehículos eléctricos (VE), ya que un suministro poco confiable desincentiva su adopción. Actualmente, un bus a combustión diésel genera alrededor de 1 kg de CO₂/km, mientras que un bus eléctrico, considerando el factor de emisión del sistema nacional interconectado (0.092 kg CO₂/kWh) ​(Ministerio de Energía y Minas, 2023)​, produce alrededor de 0.115 kg de CO2 por km. Esto implica una reducción de casi el 90% en emisiones, lo que subraya el potencial de los buses eléctricos en la reducción de la huella de carbono. 

A pesar de este beneficio, el transporte ecuatoriano continúa dependiendo mayoritariamente de combustibles fósiles, con un consumo de 52,995 kBEP en 2023, representando casi la mitad de la demanda energética nacional. En contraste, la energía eléctrica utilizada en VE fue apenas 14 kBEP ​(Ministerio de Energía y Minas, 2024)​. Estos datos reflejan un desfase entre la capacidad de generación renovable del país y su aprovechamiento en el sector transporte. 

Para superar estas barreras, Ecuador debe adoptar estrategias integrales que aborden tanto la confiabilidad del suministro eléctrico como la promoción de alternativas sostenibles. Diversificar la matriz energética con mayor inclusión de energía solar y eólica, así como reforzar las interconexiones eléctricas regionales, podría reducir la vulnerabilidad del sistema a las sequías y otros factores climáticos. 

Por otro lado, es crucial incentivar la adopción de vehículos eléctricos a través de subsidios, eliminación de impuestos, y financiamiento de infraestructura de carga. Además, la electrificación del transporte público, podría ser un punto de partida más viable debido a su impacto en la reducción de emisiones y su mayor facilidad de implementación en comparación con los VE privados. 

Finalmente, fortalecer las redes de transporte público y fomentar la movilidad activa como caminatas y el uso de bicicletas, son estrategias fundamentales para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Además, es crucial seleccionar adecuadamente las configuraciones de buses eléctricos según las necesidades específicas de cada ciudad, asegurando que la tecnología se adapte al entorno urbano y no que la ciudad deba ajustarse a las limitaciones del bus. 

La movilidad sostenible en Ecuador enfrenta desafíos significativos, agravados por la reciente crisis energética y la alta dependencia del transporte basado en combustibles fósiles. Los apagones evidencian la necesidad de diversificar las fuentes de energía y fortalecer la confiabilidad del sistema eléctrico para integrar la movilidad eléctrica de manera gradual y eficiente. Ecuador tiene un gran potencial para liderar la sostenibilidad en la región gracias a su capacidad de generación renovable; sin embargo, alcanzar las metas climáticas requiere más que avances tecnológicos e infraestructura. Es fundamental implementar políticas públicas sólidas, priorizar la electrificación del transporte, fortalecer las redes de transporte público y promover la educación ciudadana sobre prácticas sostenibles. No se trata solo de tecnología, sino también de transformar los hábitos de consumo. Para lograr una verdadera sostenibilidad, la matriz de movilidad debe desarrollarse en armonía con la matriz energética, adaptando el transporte eléctrico a la capacidad del país. 

Referencias

​​MAE. (2019). PRIMERA CONTRIBUCIÓN DETERMINADA A NIVEL NACIONAL PARA EL ACUERDO DE PARÍS BAJO LA CONVENCIÓN MARCO DE NACIONES  UNIDAS SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO. https://unfccc.int/sites/default/files/NDC/2022-06/Primera%20NDC%20Ecuador.pdf 

​Ministerio de Energía y Minas. (2023). Factor de emisión de CO2 del Sistema Nacional Interconectado de Ecuador. Informe 2022. moz-extension://b9687ca0-4ee7-496c-8474-304a7916aabc/enhanced-reader.html?openApp&pdf=https%3A%2F%2Fwww.recursosyenergia.gob.ec%2Fwp-content%2Fuploads%2F2023%2F08%2Fwp-1692720103183.pdf 

​Ministerio de Energía y Minas. (2024). Balance Energético Nacional 2023. https://www.recursosyenergia.gob.ec/wp-content/uploads/2024/08/BEN_2023-final_compressed.pdf 

Artículos relacionados